Google rompe los bloqueadores de publicidad en Chrome
11 de sep. de 2024 - #Informática
Cada persona tiene sus necesidades y costumbres a la hora de navegar por Internet, de ahí que cada una modifique el navegador que emplea de acuerdo a sus necesidades, personalizándolo. Desde el punto de vista de los programadores, empleamos APIs
(Application Programming Interface, o interfaces de programación de aplicaciones) para “extender” estos programas: un bloqueador de publicidad por aquí, un sistema de guardado de contenido por allá… En el caso de Chromium, la base del navegador más popular (chrome), ya han lanzado su nueva versión de la API llamada “Manifest V3”. Con esto comienza un periodo de trasición, lo que significa que hacia final de año se eliminará la posibilidad de trabajar con la versión anterior, llamada muy originalmente “Manifest V2”.
Google proclama que trae una buena cantidad de mejoras:
- Se evita la ejecución de código alojado remotamente y scripts de usuario, centralizando la seguridad… que se traduce en que Google decide qué es seguro y qué no).
- Reduce las solicitudes de red en nombre del usuario, al eliminar la API de webRequest… que casualmente es la que usan los bloqueadores de publicidad.
- Introduce la API declarativeNetRequest, que limita notablemente las solicitudes de red en nombre del usuario. A partir de ahora todo es más pequeño, lo que se puede traducir en eficiencia.
- Permite dar permisos a las extensiones granularmente sobre pestañas, sustituyendo las páginas de eventos (entorno global del navegador) por Service Workers en segundo plano que están aislados a nivel de pestaña (como las Progressive Web Apps).
Por supuesto, eso significa que los programadores tendremos mucho trabajo por delante, porque nos toca reescribir las extensiones antes de final de año, que es para cuando se estima que Manifest V2 dejará de ser parte de Chromium. Esto afectará a Google Chrome, Vivaldi, Microsoft Edge, y también a los 2 navegadores que personalmente recomiendo no tocar: Brave (“Chrome Crypto”) y Opera (“Chrome chino”). El mayor problema que traerá esta nueva especificación es que se debilitan los bloqueadores de publicidad, puesto que reducir el número de reglas permitidas en las extensiones disminuye la capacidad de filtrado y actualización externa de listas de bloqueo. Por esa razón, la versión de ublock Origin para Manifest V3 pasará a ser “ublock Origin Lite”, una versión con bastantes menos funcionalidades de bloqueo.
No dejaré de recomendar que uséis un navegador basado en Firefox, pero podéis tener razones totalmente legítimas para decidir utilizar un navegador basado en Chromium. Por ejemplo, cuando trabajo en una página web debo comprobar que todo el contenido se visualiza correctamente en los 2 motores de navegación principales, lo que se traduce dentro de mi flujo de trabajo en que debo abrirla tanto en Librewolf como en Vivaldi para revisar que no haya comportamientos extraños.
¿Por me decanté por Vivaldi? Porque considero que es la opción basada en Chromium más ética y centrada en la elección personal:
- Trae un bloqueador de publicidad integrado dentro del propio navegador que ofrece por defecto las mismas fuentes que uBlock Origin completo, por lo que “ManifestV3” no afectará en absoluto a esa funcionalidad. Cada uno puede eligir qué bloquea, y qué no.
- No trae ningún LLM (lo que a la gente de marketing le gusta llamar “Inteligencia Artificial”), integrada dentro del propio navegador, cosa con la que otros tontean. Me he sentido profundamente traicionada tras habérme encontrado tales componentes preinstalados en los labs de la última versión de Mozilla Firefox, por lo que seguiré muy de cerca sus próximos actualizaciones. Si alguien está muy ilusionado con el uso de alguno, Vivaldi permite añadir los que prefiera como extensiones, pero no intenta forzar nada preinstalanado.
- Permite la personalización completa de la interfaz navegador, para hacerlo lo más útil posible para quienes lo emplean. Su sistema de paneles es pura megia si usas servicios web para consultas rápidas.
- Incluye un sistema de perfiles, espacios de trabajo y apilado de pestañas tremendamente útil para acelerar las tareas recurrentes.
- Proporciona configuraciones extra para evitar los trucos sucios de Google Chrome. Por ejemplo, el código de YouTube contiene código diseñado explícitamente para retrasar la carga de páginas de aquellos navegadores que no sean Google Chrome.
- Conserva el lector de RSS, cosa que tristemente Firefox desechó.
- Tiene soporte de PWA (Progressive Web Apps), permitiendo que las páginas web se puedan integrar a nivel de interfaz del propio sistema operativo, comportándose como si fuesen aplicaciones nativas. Si bien Mozilla inició la tendencia de las PWAs cuando lanzó Firefox OS (descanse en paz), también abandonó su soporte hace mucho tiempo.
- Y además de todo esto, es rápido. ¡Cómo se nota que la gente que desarrolló el navegador Opera original con su “modo turbo” (el que usaba el motor Presto y respetaba los estándares web incluso mejor que Firefox) ahora está trabajando aquí!
No puedo negar que a día de hoy la actitud de Vivaldi me gusta más que la de Mozilla, pero a la vez fundamental que aumente la cuota de uso de navegadores basados en Firefox para evitar que caigamos en una monocultura de Chromium. Si no mantenemos viva una alternativa, los estándares web quederán completamente a merced de Google, y ya se ha demostrado que las intenciones de esa empresa, por decirlo suavemente, son poco honorables. Hay que seguir haciendo palanca con el código de Firefox, y Mozilla no debería perder ese objetivo de vista.